Título: Auge de extracción de gas en noreste EEUU genera temores
Fuente:http://noticias.terra.com/articulos/act1654587
Portal Terra, España (Reuters)
28/02/2009
Por Jon Hurdle
HICKORY, EEUU (Reuters) - Por una ladera nevada en el campo de Pensilvania, al noreste de Estados Unidos, Larry Grimm conduce su camión por un difícil camino de tierra hacia la cima, donde hay un embalse rodeado por un cierre de plástico amarillo y carteles que dicen "No entrar".
El estanque envía agua con bombas hidráulicas desde un arroyo local a los pozos de gas natural que han ido apareciendo por decenas en el condado de Mount Pleasant, al suroeste del estado, donde Grimm se desempeña como supervisor municipal.
Range Resources Corp, la compañía de Texas que ha perforado 68 pozos en el municipio, necesita millones de litros de agua para la "hidrofractura", un proceso que genera una solución química en lo profundo de la roca, que permite que se libere el gas natural.
La técnica está siendo aplicada en cientos de sitios de Pensilvania y estados vecinos para explotar la llamada Formación Marcellus, una de las mayores reservas de gas natural de Estados Unidos, que algunos geólogos creen que contiene suficiente gas recuperable para satisfacer las necesidades del país por una década o más.
En momentos en que Estados Unidos está redoblando sus esfuerzos por reducir su dependencia de la energía extranjera, el depósito Marcellus parece ofrecer una abundante alternativa en la región noreste del país, su mayor mercado de gas natural.
Pero Grimm y otros habitantes de Hickory dicen que han debido pagar un alto precio por el desarrollo de su tranquila comunidad debido al ruido de perforadoras y compresores, el pesado tráfico de camiones que daña las carreteras locales y la contaminación del aire por la quema o los escapes de gas.
También acusan a Range, uno de los mayores actores en la perforación de Marcellus, de que parece resuelta a explotar las vastas reservas sin hacer caso a las inquietudes locales.
"Nos han mentido tanto", dijo Grimm a Reuters. Afirmó que la empresa superó el número prometido de trabajadores en sus yacimientos y ha encendido, o quemado, el exceso de gas cuando prometió que no lo haría.
"Este era casi un condado prístino. Ellos le han quitado la inocencia", reclamó.
Grimm admitió no tener pruebas de que las perforaciones contaminen las aguas subterráneas, pero sabe de temores a que el fluido de la "fractura" pueda filtrarse -ya sea por sobre o por debajo del suelo- y que los químicos que produce causen cáncer, dañen el sistema inmunológico y reproductivo en el ser humano y provoquen otras enfermedades.
Ron Gulla, otro residente del municipio, culpa a las perforaciones en sus tierras de la muerte de plantas y de los peces de su estanque.
¿CUENCA CLAVE BAJO AMENAZA?
Según el Centro de Alteraciones Endocrinas, una organización de investigaciones en Paonia, Colorado, el 30 por ciento de los 54 químicos evaluados usados en el fluido son cancerígenos; un 74 por ciento pueden causar daños respiratorios y un 54 por ciento representan un riesgo para el sistema sanguíneo y cardiovascular.
El centro de estudios evaluó el suelo y el agua tras derrames en los estados de Colorado y Wyoming, donde las perforaciones en busca de gas son más avanzadas que en Marcellus.
Al noreste de Pensilvania, los pozos de gas también amenazan la cuenca del río Delaware, fuente de agua para 15 millones de personas que viven en Nueva York, Pensilvania y Nueva Jersey, según los Ciudadanos de Damascus por la Sustentabilidad, un grupo que se opone al desarrollo.
Según la organización, 245 químicos incluyendo metano, benceno, éteres de glicol y biocidas son usados en el fluido para atacar a la roca en busca de gas.
El portavoz de Range Resources Matt Pitzarella reconoció que los químicos usados por la empresa podrían ser peligrosos en altas concentraciones, pero aseguró que están tan diluidos que no representan riesgo alguno para la salud humana.
Además, sostuvo que los pozos tienen varias capas de acero y concreto para evitar que el fluido se escape hacia acueductos o estanques, donde podrían contaminar el agua potable.
Cerca del 80 por ciento del fluido para el proceso de fractura permanece aproximadamente a un kilómetro y medio bajo tierra -miles de metros por debajo de los ductos de agua potable- donde se "disipa" dentro de la roca después de la perforación, aseguró Pitzarella.
El remanente es tratado sobre la superficie y luego regresado a las fuentes de agua locales.
Scott Anderson, asesor político del grupo sin fines de lucro Fondo de Defensa Ambiental, concordó con la empresa en que los químicos están lo suficientemente diluidos para no ser un riesgo inmediato para la salud y admitió que las compañías energéticas han mejorado las medidas preventivas contra los derrames.
Pero manifestó su preocupación por la eliminación segura del concentrado de la fractura, que es separado de las aguas residuales tras la perforación, ya que todavía existe el riesgo de que el fluido original pueda filtrarse antes de llegar al suelo.
"La dilución no es la solución a la contaminación", sostuvo.
Joyce Mitchell, propietaria de una granja de 54 hectáreas cerca de Hickory, reconoció tener "sentimientos encontrados" por el hecho de haberle arrendado tierras a Range Resources para que extrajera gas.
Aunque ha recibido con los brazos abiertos el dinero extra por el arriendo y las regalías de la producción, se queja del constante olor a gas y ya no bebe el agua de su pozo porque le preocupa su salud.
Mitchell se quejó de que Range ha ocupado más tierra de lo que esperaba y si bien su abogado le había dicho que la compañía estaba en su derecho de hacerlo, protestó por lo que llamó actitud autoritaria de la compañía. "Son arrogantes", dijo la mujer.
(Editado en español por Ignacio Badal)
Terra/Reuters
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